Los cadáveres azules

Guatemala José de Pineda Ibarra 1982

136 p. ; 18 cm.

Biblioteca de cultura popular 15 de septiembre v.120

Joven es el viajero; no más de veinticinco años, de color moreno, no mal parecido. Sus ojos, cuando miran, inspiran una gran desconfianza; brotan de ellos, a reudales, la astucia, la crueldad, la frialdad más absoluta; regular es su estatura y flexible su cuerpo de músculos sutiles pero fuertes como el acero. Su traje un poco raído indica que su situación pecuniaria no es bonancible. Sus manos en las que están impresos todos los colores del arco iris, están diciendo a gritos que su oficio es tejedor; y sin embargo el hombre viste mal. Decimos sin embargo, porque en aquel entonces cuando aún no nos había invadido la fiebre de la importación, cuando no habíamos llegado, como hoy, al caso de pedir al extranjero hasta las naranjas que consumimos, el oficio de tejedor era una mina, pues dejaba notables ganancias. Por esa razón vemos con extrañeza que nuestro hombre vista un traje tan raído.